miércoles, 28 de abril de 2010

Una Leyenda - Inicio de una Historia

Se cree que las leyendas nacen a partir de los hechos que pasan, de historias que se transmiten por generaciones. Unos piensan que son relatos para aprender, otros, saben que detrás de una leyenda, un toque de realidad mueve la historia, otros sin embargo, poseen el conocimiento, de saber que cada mito, cada leyenda, cada historia contada, es un hecho que sucedió en el transcurso del universo, y así fue, como comenzó esta leyenda…

Se creía, que la tierra era el centro del universo, que lo reinaba todo, y todo estaba ligado a ella. Con el tiempo la idea fue cambiada, con la llamada ciencia, el descubrimiento y la razón, dejaba atrás el instinto, dejaban de creer en él. La tierra pasó a ser parte de un todo, más grande, más completo, pero a su vez la hacía más insignificante… Pero qué tiempos aquellos donde aun se creía en el centro del universo ya que realmente lo era…

Creado por dioses poderosos, el universo, la vida y todo lo que se rodea fue creado, cada dios puso su toque, cada dios puso su pensamiento, cada dios puso un poco de su personalidad. Y fue así como se creó el universo…

Diferentes planetas, cada uno con su propia cualidad, cada uno diferente a otro, cada planeta con una manera de existir distinta al de sus anteriores. Pero un planeta, existió un planeta que lo caracterizaron por ser la paso, la conexión a todos los mundos…La tierra

Y fue así, como es que un planeta tan insignificante se volvió lo que era, un planeta sencillo, resulto convertirse en el centro de todo. Con la llegada de “las puertas” como les llamaban, llegaron también “las llaves” seres con tremendos poderes, que su fin era proteger a estas puertas, el control de ellas. Los desastres naturales, y lugares poco habitables eran los lugares donde se encontraba una puerta, y con él su guardián…

Pero existió una de ellas, una sola de ellas, donde el guardián aun no estaba definido, esa puerta, llevaba a un mundo diferente, donde las personas se distinguían por sus características animales, donde su sociedad avanzada de cierta manera, aun arreglaba sus asuntos a batallas, donde la fuerza bruta y la velocidad era parte de la gente. Ellos se decían a su mismo los Fur, y de ahí, del extraño plante de Arkura, es donde habitaría, nuestra historia.

Y fue así, como lo poderes de los dioses, los poderes del mundo, se centraron en un muchacho, elegido para ser el guardián, sin él saberlo de esto, un muchacho que después de haber tenido una vida normal, una vida de joven común, lo llevaría a experimentar la historia más grande de su vida.

El nombre del muchacho era Leonor, humano, guardián, y inujin, fur con características de lobo, el que moverá nuestra historia.


Estaba obscura y fría aquella noche, la luna brillaba más de lo normal. Mi nombre es Leonoro, aunque me 
gusta que me digan únicamente Leo. Soy un muchacho de preparatoria, de estatura poco más alta de lo promedio, mi piel es de color claro.

Mi vida, mi vida había sido una verdadera monotonía, crecí bien, afortunadamente, con mis padres siempre presentes, para mí a todo momento. Si una hermana mayor, pero verdaderamente mayor, bueno creo que 7 años son bastantes para decir que si es mayor…

Pero si, regresemos a mi historia, regresemos a como comencé a contar esto…en una noche fría y obscura. Recuerdo que acababa de regresar del colegio, aun iba en la secundaria, una época que me marco mucho, ya que yo no era muy normal que digamos, tenia tendencia a excluirme, a alejarme de la gente, no me gustaba tenerlos cerca.

Esa mañana, había decidido hacer algo que jamás en mi vida había intentado, o de menos había querido intentar, me podrán decir cobarde, o incluso maricón, pero hablar con una niña era algo que me costaba mucho trabajo. Pero ahí estaba, haciendo frente, decidido a aventarme ese día. Si se preguntan porque, una simple razón, chantaje, creo yo.

Había sido chantajeado por mi mejor amigo, durante toda esa mañana, no dejo de molestar para que yo le dijera algo, me hablada de cosas extrañas, que del perfume, que de las rosas, una carta, cursilería y media, pero yo, lo único que quería era verla, observarla de lejos. Verla con el cabello pelirrojo, ojos maravillosos de color azul, para ese entonces, ya estaba empezando a desarrollarse pero no me importaba, en eso aun no pensaba yo. Y pues, después de todo un día, logro convencerme…

Y regreso a mi inicio, siendo obscura y fría la noche. Habíamos salido del colegio, la acompañe a su casa, me mantuve con ella un ratito, platicando de babosada y media, hasta fue cerca de la noche cuando decidí dar un siguiente paso. Le pedí que me acompañara, a dar un paseo, por su jardín, o por la calle, no me importaba, solo quería estar con ella.

Me saco mucho de onda, por cierto, cuando justo después de preguntarle si me acompañaba, no me puso ningún pero. Salimos a su jardín…
  
– Ah sabes, es difícil decir esto. – comente yo
– Que es lo difícil –
– Bueno mantener una conversación así –
– Mmmm, no te estoy entendiendo – Mis nervios me estaban empezando a traicionar
– Bueno, si… es…que…quería decirte algo… – ahora mi lengua era la que se trababa – desde siempre he sentido, algo extraño, no sabía que era, pero creo que ya sé que podría ser. – ella solamente me miraba, esperando que le diría
– Tu… siempre…me….

Cuando una luz interrumpió mis palabras, un gran destello salió de la nada, cegando lo que estaba a mí alrededor.

– ¡Qué demonios! – Grite ante la sorpresa, ante mí se levantaba un ser impresionante, de altura verdaderamente alta, músculos muy bien marcados
– Ha llegado tu hora Leo – me dijo, con un tono de voz bastante grave
– ¿Mi hora?, ¿pero mi hora de qué? – preguntaba yo
– La hora de que puedas cumplir tu destino. – extendió su mano hacia mí, y sin dar ninguna explicación alargo su mano hacia mí y toco mi frente. Sentí como la energía fluía a través de mi, como esta pasaba por todo mi cuerpo, como me volvía cada vez mas diferente… pasaron varios minutos hasta que la sensación termino. Cuando me voltee a ver, lo único que quedaba de mi antiguo yo era mis ojos. Ahora era diferente

Tenía ahora forma de un lobo, la fuerza, la velocidad, la ferocidad, todo estaba dentro de mí. Mi aspecto físico había cambiado, ahora tenía pelo por todo el cuerpo color negro, con algunas rayas blancas en diferentes lugares, unas orejas y una cola habían aparecido, mi boca se había convertido en hocico. Mi mente aun no procesaba bien lo sucedido.

– Ahora leo, estate preparado, que se avecinan tiempos peligrosos, ten fuerza en ti mismo, y en tu nuevo yo – y sin decir más, la luz desapareció, pero mi aspecto no…